03 octubre, 2012

todos migrantes

Llegamos a ciudad Ixtepec en el estado de Oaxaca.
Esta pequeña ciudad es el punto de convergencia entre el océano pacifico, el golfo de Mexico y los flujos migratorios procedentes del sur, nutridos principalmente por hermanos centroamericanos. La mayoría de viajeros llegan en el tren de carga, procedente del vecino estado de Chiapas; su recorrido en el tren hasta ciudad Ixtepec dura aproximadamente entre 12 y 14 horas desde Arriaga.


 


Nuesto destino en Ixtepec es la casa del migrante Hermanos en el camino, ubicada al lado de las líneas del tren.

Los migrantes encuentran aquí un lugar de refugio y descanso, disponen de comida y son atendidos por médicos. Las circunstancias dentro del albergue contrastan con lo que ocurre afuera, la delincuencia organizada controla muchos espacios y obtiene enormes ganancias lucrando con los viajeros, de todas las formas posibles.

La realidad y las historias que se escuchan van develando la crudeza del camino. Existe desconfianza, preocupación y cansancio extremo entre las personas que llegan al albergue.

Pese al estado de tensión generalizado, muchos se interesan en participar en los talleres de relajación y juegos teatrales que proponemos. Los ejercicios y dinámicas reaniman el ambiente, provocan risas, abrazos y un espacio para intercambiar.

En Ixtepec también nos reencontrarnos con varios de los viajeros que conocimos en el albergue de Arriaga, llegaron en el tren después de un largo viaje nocturno.

En el día el calor es intenso y por la noches los enjambres de mosquitos no dan tregua. Todos nos encaminamos para volver a la ruta.

Agradecimientos a Alejandro Solalinde, trabajadores y voluntarios del albergue Hermanos en el camino.

El viaje continúa rumbo a Coatzacoalcos, Veracruz.